A Luiggy

Es cierto, todos sabíamos de la gravedad de tu enfermedad, sí es cierto. Es cierto, imaginamos que podía ocurrirte lo que para nosotros podría ser el peor final pero tal vez para ti fue la solución.

Parada en plena Arica, con la gente y el tránsito circulando como cualquier otro día. Yo, no recuerdo la ropa que estaba usando en ese momento, llevaba los lentes nuevos de aumento de los que te hablé y se suponía que los verías en tu cumpleaños número 22 cuando yo fuera a verte en Lima, apenas un mes después de ese día. Tenía sujetando en mis manos la impresora nueva para la oficina, ese fatídico 03 de Agosto de 2012. Eran las 8:45pm, estaba parada al borde de la vereda esperando que mi jefe viniera a recogerme para llevar la impresora a su nuevo hogar. Sonó el celular, era Alberto, nuestro gran amigo; pensé que me estaba llamando para preguntarme por las parrilladas que estaban haciendo para recaudar dinero para tu tratamiento que iba a recoger de la casa de Katty.

- "Aló, dime amigo"
- Laurita, hace una hora ...
- No, no, no digas..
. Luiggy ya no está más con nosotros.
- ¿Qué?... no... cómo fue?

Conversamos un poco más, pero la verdad es que no recuerdo lo que me dijo, ya mi mundo se  había derrumbado sobre mí.
Me quedé allí parada, sin saber qué hacer, sin saber si llorar o no, mi cuerpo era una vorágine de emociones, sentía que iba a reventar, me dolía hasta el alma. No podía creer lo que estaba sucediendo, aún hoy cinco meses y 13 días después me cuesta mucho trabajo aceptar que es así.

Le preguntaba en ese momento a Dios ¿qué había pasado? ¿ por qué? ¿por qué tú?
Tu voz sonaba tan fuerte en mi cabeza como si estuvieras tan cerca, esas palabras que me decías desde el principio, desde que nos conocimos desde que te amaba. Pensar que ya no estarías más, que te habías ido para siempre. Sonaba en mis oídos tu voz en aquella llamada del 12 de julio cuando me decías:

"ya me desahuciaron, ahora sí espérame porque voy a ir, pero voy a ir en una caja".

Cumpliste tu palabra, como siempre, fue la primera promesa que me hiciste en tu vida y sabías que la cumplirías.

Era viernes cuando empezó todo, en ese momento descubrí que toda mi confusión se debía a que te amaba, realmente te amaba, me quedó clarísimo, mi alma se estaba yendo contigo... una vez más. Fue un peregrinaje horrible,  de Viernes a Lunes, desde el momento aquel en que vimos llegar la aeronave que traía tu cuerpo, las caravanas para llevarte al lugar del velatorio, yo sentía que me moría en vida. Las noches del velorio, el verte metido en esa caja, cumpliendo tu palabra, sin poder hacer nada, sintiendo tanta impotencia, tanto dolor, tanta rabia. El momento en que abrimos tu ataúd para arreglarte, ese momento de tocarte por última vez y sentir que la vida se me iba contigo, de oler tu perfume que quedó grabado para siempre y aún hoy me sigue tu aroma. El no poder creer lo que veían mis ojos.

Ya sé que es verdad que el amor verdadero es tan sólo el primero, los demás son sólo para olvidar.

La vida ha cambiado mucho desde que no estás, siempre estuviste presente en  la mía, al final todo lo que hice después de ti fue para demostrarte que podía ser feliz sin ti, que te había olvidado. Pero hoy sé que no es así, nunca lo fue en realidad. Me duele el no haber aceptado tu propuesta ese 03 de enero de 2010 cuando fuiste a buscarme en la casa de mi hermana, mi orgullo y el temor de ser herida otra vez no me permitieron ver más allá.

Te quería decir que tienes una bella familia, la verdad es que hubiera querido tanto conocerlos antes, cuando aun vivías, qué tonta fui cuando no quise estar contigo hace tres años. Hoy prefiero seguir pensando que estás por ahí, siendo feliz con otra o que estás de viaje y que algún día como otros nos veremos en la calle o que sonará el teléfono y serás tú, como siempre, llamándome.

Tantos momentos, aún el último... están tan vivos en mi mente, en mi corazón. Y no importa cuanto llore, no importa cuanto grite, cuánto me duela, nada hará que tú salgas de la tumba.

Sólo estás en mis sueños, en mis pensamientos y cada labio que beso, en cada piel que acaricio... en todo, siempre estuviste tú.

Tus ojos, tus hermosos y grandes ojos, no los cambiaría por nada en la vida, tu mirada fue al final la única mirada en la que pude verme reflejada. Tal vez como te dije hace un par de años " tal vez nos equivocamos Luiggy, tal vez no era el tiempo, tal vez en otra vida".

Y no me diste tiempo para darte las gracias por todo, todos los momentos, todos los sentimientos y todo lo demás... no me diste tiempo para decirte que te amo. Pero hoy donde sea que te encuentres, si hay vida después de la muerte, quiero que sepas esto, que en verdad fuiste, eres y serás por siempre, el amor de mi vida.

Sé que nunca los leíste, ni siquiera sabías que existían pero te dejo algunos links de cosas que había escrito por ti y para ti. Hoy no te entierro... hoy te recuerdo más que nunca.

No publicados jamás
A veces...
Como hoja caída
Sólo esta noche
Sólo llega tu recuerdo
La gente cambia
Nostalgia








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