A veces...

A veces pensamos que olvidamos, olvidamos el dolor que nos causaron. A veces pensamos que odiamos, que odiamos a quienes nos hicieron daño, a veces pensamos que dejamos atrás los bonitos recuerdos que con el tiempo y las circunstancias se convirtieron en dolor de un feliz pasado que hoy es desgracia, sólo te das cuenta de lo que realmente sientes cuando te enfrentas a al miedo que acorrala tu corazón, que divaga en tu mente y en tu memoria como algo flotante en el río de los recuerdos, hay momentos en nuestras vidas que no podemos dominar las situaciones y sufrimos sin remedio, a veces pasamos por cosas que preferimos dejar atrás, mas cuando menos lo esperamos saltan a nuestras mentes en el momento menos oportuno y nos hacen llorar o nos llenan de rabia, como recordar lo felices que fuimos en algún tiempo mejor con la persona que quisimos con todo el corazón y ahora parece haber sido una fantasía envuelta entre la retina de nuestros ojos ¿Hay que echarle arena al pasado? ¿hay que enterrarlo para que no nos haga daño? No lo creo, creo que debemos asumir nuestros errores, nuestros dolores, nuestras penas y dejarlas ir con el perdón, aprender de ellas y seguir viviendo, finalmente el mundo no se acabará hoy.

Como decía, a veces pensamos que odiamos, pensamos que olvidamos, de pronto a alguien que nos hizo daño y si por casualidades que no lo son, te encuentras con esa persona o la ves pasar sin prestar atención a tu presencia, se te hace como un nudo en la garganta y no sientes odio, no sientes que hayas olvidado nada de lo que ha pasado, pero puedes sentir rabia, puedes sentir impotencia, puedes sentir todo el cariño que le tuviste en algún momento y que ahora sólo duele como aguijón en la piel. Pero lastima, hiere, y pasa, porque tú debes continuar con tu vida, el mundo no se detuvo para que tu mueras en ese momento, el planeta no dejó de girar para que tú llores tu dolor, nunca se detuvo para que sientas tu rabia.

Entonces sólo queda tragarse el sentimiento y dejarlo ir, sin hacerse más daño del que ya se hizo, sin destrozar más el alma que ya está bastante herida.