Vamos por 24!

Me veo casi obligada por mi subconsciente a escribir este post, como muchos saben (o no), acabo de cumplir años, 24 para ser exacta. Y antes de continuar quiero hablar sobre él, sobre esa llamada que nunca más volverá, sólo porque siento la gran necesidad de saber que de una forma u otra sabrá que siempre estará en mis pensamientos y siempre extrañaré recibir ese saludo que no llegará. Sí, de madrugada a madrugada, no se volverá a escuchar tu voz chillona mi Luiggy. Un año más sin tu presencia.

Bien, siguiendo con lo que quería decir. Más allá de dar un sermón o no sé, quiero expresar que fue un año lleno de cosas nuevas, de metidas de pata, de amor, de odio incluso. Este año tuvo sus momentos para borrar y otros para atesorar de por vida.

Como cada año, como cada día. Lo único que quisiera rescatar de mi persona, que es una pobre alma errante como muchas otras, es que de una manera u otra mi mensaje de vida se hace presente en la gente que conozco y es que yo creo que vinimos al mundo para hacerlo más bonito, vinimos para ser felices con lo que somos, con lo que hacemos, con lo que tenemos pero siempre intentando subir más para ayudar a otros, tener más para dar a otros. Hacer más  y animar a otros.

Siempre ponerle nuestra mejor sonrisa a las circunstancias, hacer oídos sordos a las palabras necias, sobre todo a esas voces que nos dice que "no podemos", porque sí podemos. Todo cuanto queramos, nos proponemos, nos enterquecemos y lo logramos. Hay propósitos que no se logran de la noche a la mañana pero si nunca damos el primer paso no avanzaremos a ningún lado.

Y eso es, lo que puedo rescatar de esta etapa que se terminó es que nada ni nadie es indispensable en nuestra vida, sin importar lo que el tiempo se encargue de poner o quitar siempre habrá un propósito divino que con el paso de las horas, días, meses o incluso años se revelará y entonces comprenderemos por qué pasó esto o aquello, incluso comprenderemos que fue necesario sufrir traiciones, que ya estaba predestinado. Como Judas, como el día que tuvo que entregar a Jesús, si él no lo hubiera hecho, alguien más tuviera que haber tomado ese lugar para que el propósito de Dios se cumpla en Jesús, pero era necesario que Jesús sea traicionado. Y luego lo comprendimos todo.


Así, también quiero compartir con ustedes el hecho de que aunque mucha gente nos pueda fallar no podemos dejar de ser sensibles al prójimo, siempre que se pueda ayudar a alguien hay que hacerlo. No sabemos si mañana, más tarde seamos nosotros los que necesitemos agua, comida, ropa o cualquier otra cosa.

Y nunca, nunca por nunca dejar de amar. Todos necesitamos algo en qué creer, alguien a quién amar. Nunca dejen de amar.

Bien, son 24 cortos años, espero cumplir muchos más, espero concretar mis propósitos de vida, sin afán ni apuro, los años igual van a pasar, me quede o me mueva de donde estoy, de donde me encuentro escribiendo hoy... la diferencia no estará en cuán lejos pueda ser capaz de llegar sino a cuánta gente pude hacerle sentir que la vida es bella. Porque el día que me toque dejar este mundo, no pienso llevarme nada, y prefiero decirlo así porque en realidad no nos llevamos nada, no me llevaré ningún título, ninguna pertenencia, sólo las sonrisas de la gente que conocí.

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