Hola Vida!!

Vida, sí, vida, quiero hablar contigo, en primer lugar debo aclarar que yo no te pedí  sino que tú me trajiste a este mundo.
Hoy, con 23 años, quiero decirte que ya no siento miedo a las cosas que temía a los 8, como que mi mamá se enoje conmigo o sacar una mala nota o que me dejen sola en casa por la noche (cosa que nunca pasó, felizmente), ya no le tengo miedo a los payasos ni a cruzar la calle, ni a que mis muñecas se rompan o a caer de la bicicleta,  ya no temo que mi papá me castigue o que mis compañeras del colegio me copien las tareas. Tampoco tengo las mismas preocupaciones que a los 15, como pasar de grado o si me harán fiesta o no, si a mis amigas les parezco cool, o que se termine el cole o que un chico se fije en mí, ya no me preocupa que los demás piensen que estoy un poco loca o que mi mamá note que tengo enamorado, tampoco tengo las mismas pasiones como ponerme piercings o rastas, ser la chica revolucionaria ni nada de esas cosas que la adolescencia me trajo.
Vida, ya ni siquiera me siento la misma persona, no sé cuál fue tu propósito al traerme pero ¿sabes?  he aprendido mucho, hoy sé que los amigos son hermanos aunque te fallen a veces, que la traición no se perdona y que perdonar no es olvidar; que los peligros son reales que una tiene que cuidarse, he aprendido que tener relaciones es una forma de amar   pero no lo es todo.
Hoy sé que el amor es una forma de vivir, es una forma de adaptarse. He aprendido que la gente es cruel y que no se puede confiar en nada ni en nadie, ni siquiera en uno mismo.
Hoy sé hablar más de un idioma pero a veces no entiendo a mis semejantes.
Sabes Vida? Hoy mis problemas son distintos, ya sé atar mis agujetas pero no sé cómo calmar los dolores de mi mamá, ya sé llevarme la cuchara a la boca pero no sé cómo evitar que mi hermana menor sufra por un amor o por la vida misma, porque sabes qué, crecer duele. Hoy sé decir todas las palabras habidas y por haber pero a veces me cuesta trabajo pedir perdón o dar las gracias, a pesar de todo aprendí que uno debe decirles a las personas que ama, que de verdad las ama y que no vale la pena fingir simpatía con la gente que no te agrada.
Sí, aprendí muchas cosas Vida, crecí tal vez un poco, hoy tengo menos preocupaciones, más responsabilidades, me asustan menos cosas en el mundo y me sorprenden muy pocas cosas. He aprendido también a sobrellevar los problemas sin escandalizarme por nada.
Le he perdido el interés a algunas cosas que antes eran importantes, he aprendido a amar y a confiar en Dios, aunque es lo más difícil, ahora entiendo que Dios no es una religión o una iglesia. También, hoy me queda clarísimo que la vida de iglesia no es lo mío, al final Vida yo soy en esencia lo que trajiste al mundo. Una chispa de ti, una burbuja flotante, una guerrera.
Otra cosa de la que me gustaría hablarte es de las cosas que perdí, me has quitado mucho y esto me hizo increíblemente fuerte, no me aferro a nada ni siquiera a la gente que amo, entiendo que todos somos simplemente humanos y que nos apasionamos por diferentes cosas a lo largo del camino y que a veces nos perdemos en esas pasiones.
Me enseñaste a muy corta edad la importancia y el dolor de la muerte de un ser querido y la muerte se llevó a personas importantes para mí, incluso a mis mascotas. Pero hoy no le tengo miedo.
Creo firmemente en las cosas que amo, ya  son 23 años, soy muy joven aún.
También quiero hablarte un poco de mis sueños y mis pasiones actuales, Vida, algo que me quedó muy claro con el paso de los años es que soy artista de nacimiento y eso ha hecho las cosas a veces complicadas porque no soy una persona normal. Sí, estoy un poco loca como para darme cuenta.
Y qué más te puedo decir, que aunque a veces siento rabia hacia ti, mucha rabia porque no entiendo tus reveces, te amo, igual te amo.
A veces me da por odiarte pero ahí estás tú, diciendo que mañana saldrá el sol y volveremos a empezar, y volveremos a la batalla más fuertes que ayer, más fuertes que hoy.
Sí, es todo eso, es esa sensación de sentirte en mi pecho en cada latido, es cada respiro. Vida, cada segundo lo marcó el latido de mi corazón, los momentos importantes son los que hicieron que latiera más fuerte.
Qué te diré vida, aunque nos cortaron las alas seguimos aquí, seguimos echándole ganas y en la brecha hacia adelante, hacia algún lado, tal vez hacia la muerte.

 




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