La sensación del Pájaro!!

Nos subimos los cuatro, fue la primera vez en uno tan pequeño, tres varones y yo, la única mujer, nos acomodamos, cada uno a su posición. Estaba muy emocionada, no es como estar en uno para 200 personas. Donde las sensaciones se minimizan, aquí todo movimiento se siente totalmente.

Se encienden los motores, los flotadores rompen la tranquilidad del río, mientras se hace el recorrido para el gran despegue, mirando por la ventana, veo como el agua deja de romper contra los pontones mientras vamos ascendiendo, dejando el río, despegamos!!

Es increíble la sensación que provoca el ascenso, pude percibir claramente como el avioncito se "trepaba" en el aire para tomar altura, en eso un movimiento sexy se hace presente, revolución estomacal que sólo llegó a eso, mi cuerpo resistió exitosamente, es más, bastó este momento para que la adrenalina se active en mi sangre, una experiencia no apta para cardiacos.

Después de esto se estabilizó en el aire, iba mirando la selva amazónica con su majestuoso y serpenteante río Amazonas. La ciudad se iba haciendo pequeñita lo suficiente como para observarla completa. Podía ver el deplazamiento de las nuves como si al sacar mis manos fuera a tocarlas y las aves migraban de un lado a otro, creo que hasta vi mariposas, tendrían que ser enormes mariposas o eran pequeños pajaritos.

Nos alejamos un poco, estábamos ya por Tamishyacu, un poco más allá. De pronto el piloto empieza el descenso para acuatizar en el Amazonas, el acuatizaje fue un poco tosco, el primer impacto golpeó tan fuerte que creí que se me iba a partir la columna, dimos dos saltos más en el agua, no tan fuertes, y empezó la carrera para ascender nuevamente.

La vista era la más hermosa que tuve en mi vida, las ventanas tienen el tamaño ideal para observar el panorama completo. Ya en el aire, el piloto empezó a hacer virages, primero a la derecha, no imaginaba lo que se vendría.

El movimiento sexy se hizo intenso, no sé si fue adrenalina u otra cosa pero se me encendieron los sentidos de una manera espectacular. Cuando el hidroavión se inclinó hacia la derecha para hacer su virage, me quedé pegada a mi asiento, no había forma de levantarme, me sentía totalmente ebria, sin haber probado una gota de alcohol y el panorama mejoró desde ese ángulo, cuánto hubiera dado por tener una cámara en ese momento. Estaba tan emocionada, como cuando me compraron mi primera bici, tenía ganas de gritar, pro estaba totalmente quieta, la fiesta la llevaba por dentro, de lo contrario hubieran pensado que estoy loca.

Ahora el giro hacia la izquierda, ellos hablaban de controles, de instrumentos, para mí era chino, estaba encantada con las sensaciones que la experiencia causó en mi organismo, en mis emociones. Los tres varones que iban conmigo son pilotos, yo, tan extasiada con la experiencia me emocionaba más con las historias que iban contando ellos, historias de pilotos muertos, accidentados, de mujeres, de zorros viejos y los mejores chistes que he escuchado en mi vida.

Mientras me distraía por la charla el avión hacía lo suyo, giró hacia la izquierda. ¡Wow! No se imaginan lo excitante que fue eso. Como una sorpresa, me agarré de mi asiento lo mejor que pude, hubiera querido que mis amigas estuvieran conmigo en ese momento para dar el grito de la victoria. Era como estar en las nubes, literalmente. Como una caida libre. ¡Oh!¡Santa María purísima! qué sensaciones son estas. Yo, totalmente ebria nuevamente, totalmente excitada y sin poder gritar, qué cosa más deliciosa, la emoción apremiaba. Inolvidable experiencia.

Luego nos estabilizamos nuevamente, mientras los pilotos se reían de mi cara, creo que me puse pálida, en eso el más antiguo dice: "Ahora sí conoces la sensación del pájaro... ¡pero de acero!"

Los cuatro reímos a carcajadas. Mientras tomábamos rumbo a la ciudad, sobrevolamos Iquitos, todos se veían pequeñitos, los vehículos en las calles parecían muñequitos, era como mirar una maqueta sólo que todo era real. Conté todas las piscina que pude ver, lo mismo las canchas deportivas y otras cosas. Estando aún arriba pensando en que pronto descenderíamos, trataba de retratar todo en mi mente para poder contarles como fue, a cada paso, cuando el piloto reporta su decenso, cada vez un poco más abajo, el río parecía un espejo, íbamos llegando y la velocidad se incrementeba, tocamos el agua justo cuando una embarcación había dejado olas, golpeamos un poco, y el pilto reportó que "ya estába en el agua".

Taxeamos hasta la balsa, llegamos al hangar, yo bajé del avión y aún el piso me parecía que se movía, estaba mareada. Pero nada me podía quitar la amoción en mi corazón.

Así fue como sucedió, sin planearlo. Sobrevolé nuestra hermosa ciudad y sus alrededores. Sólo lamento grandemente el no haber tenido una cámara.

Comentarios

Michita ha dicho que…
jaja, io también quierooooo =D
qué excelentes emociones =)

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