¡ Qué tipa pa´ loca!


En el submundo de los sentimientos se ocultan verdades conocidas por todos, pero inaceptables para la mayoría, como la chica a la que sus amigas le dicen:

-Oye loquita, You Kashi Meahugo está con Zoila K Gonna, ya terminaste con él ¿no?

Y ella incrédula dice:

-¡¡¡No!!! Ustedes están locas, eso no es cierto, lo dicen porque se mueren de envidia.

Pobre María Marimacha, ella no cree que su enamorado la engaña con otra y tiene derecho a ser ilusa, total, si estás con el chico más lindo de tu clase aunque te saque la vuelta puedes estar feliz. Además, si le pagas con la misma moneda él no lo sabrá nunca y si se entera, no tiene derecho moral para reclamarte nada.
Sinceramente, yo siento mucha rabia por las chicas que juegan con los sentimientos de los chicos, porque, como que ellos no son tan inteligentes como nosotras y no tienen un buen nivel de autoestima, se malogran, o sea digo, se vuelven jugadores y se desquitan con sus enamoradas siguientes y, como ellas ya se lo hicieron a alguien, creen que están pagando sus culpas. Es un círculo vicioso en el que no es muy agradable caer, pero a veces es inevitable. Una vez me la hicieron y créanme no es gracioso ser la cornudita - porque no puedo ser “la cornuda”, no me da la talla - más inteligente del cole. En principio todos sabían de mi relación con él, luego de la relación de él con “la otra”, que también es una tontita como él.
Pero yo no soy partidaria de escándalos, además tenía la obligación de cuidar mi reputación a costa de todo, ya que era la chica genio de la escuela, presidenta de mi salón de clase, maestra de coreografía, integrante del grupo de periodismo del colegio, hacía teatro y siempre tenía el papel protagónico, la preferida del profesor de matemática, la que decidía si quería dar examen o quedarse con el 19 bien puesto en el registro, ¡ah! también merecedora del primer puesto en el concurso de ortografía por tres años consecutivos (hoy no estoy segura si taza se escribe así o “tasa”, todo por culpa del Messenger, jejeje). Estaba en el coro del colegio y en otras cosas más que en la vida escolar te hacen importante pero después sólo quedan como un buen recuerdo, como el discurso de promoción que también me correspondió dar.
No debía permitir que las provocaciones de una niña insolente y las sonseras de un chibolo papirriqui de quinta me afectaran, así que terminé con él con la frialdad del caso, algo así como: “aquí no pasó nada” y si me preguntan, “sí pues, estaba con él pero ya fue y no es un tema relevante”.

Lo gracioso era que él negaba lo evidente, o trataba de negarlo. Por eso digo que es un pequeño tontuelo y vivirá tristemente engañado por el resto de su vacía existencia.
Un día, mis compañeras me dijeron que él estaba con “otra” y que era una de segundo, nosotros estábamos en cuarto; como no me computo niña tonta y no quería que notaran que me afectaba, les di las gracias por pasarme la noticia y el resto era asunto mío, pero ellas estaban dispuestas a verme tirándome de los pelos con aquellas que llamaban “la otra”. Mas no podía darles ese gusto de caer tan bajo.
Lo que sigue es esto, según lo recuerdo (sonido de película de vaqueros, por favor): “la otra” se cruza conmigo en el patio a la hora de recreo. Se ve mucho mayor que yo por cierto. Es morena (tiene un aire de tía Tronchatoro), yo soy blanca tipo Dakota Fanning; ella es crespa y yo tengo el cabello ligeramente ondulado -sólo me faltaría ser legalmente rubia-, ella es alta y yo… sin comentarios (sólo imagínense a la niña de “La guerra de los mundos”), me sentía algo así como Alice de “El huésped maldito” contra su amigo “el monstruo”, o misma Matilda en su salón de clase (hubiera querido mandarla a volar sólo con una mirada). Ella es fea, yo soy bonita (modestia aparte). Me cuadra a media cancha (qué tipa pa´ loca), me pregunta si soy enamorada del chico de la novela. Yo me río. Por qué preguntas -le digo- mi vida personal no te interesa y no tengo tiempo de hablar contigo en estos momentos; si me disculpas…

Doy un giro de 180 grados y me encuentro con mis compañeras haciendo un muro humano. Las sonsas me dan ánimo para tirarle de los rulos a la otra, yo volteo hacia mi contrincante y me percato de que detrás de ella hay otro muro de gente, son las compañeras de ella y pronto se forma un círculo de personas en pleno patio, un poco más y gritan ¡bronca, bronca! Mientras en los balcones de madera se asoman unas cabecitas para ver el espectáculo desde arriba, espectáculo que, obviamente, no iba a darles. Ella se acerca a mí, se acerca demasiado, hace un ademán de querer golpearme. Yo río, ¿qué te pasa? ¿me quieres golpear? -le digo, con una tranquilidad insoportable para ella- no hagas eso, yo no pienso responderte si lo haces, sólo déjame pasar y esto se acaba ¡ah! y por él, si es ese tu problema, ni te preocupes que nada tiene que ver conmigo, y permiso, tengo cosas importantes que hacer. Me voy de la escena, llego al salón con una mancha de chismosas detrás de mí ¿Por qué no le pegaste?, tenías para jalarle el pelo, meterle una cachetada o algo, eres una miedosa, cojudita -decían mientras se aglomeraban alrededor de mi carpeta- Yo calmada, imperturbable. Pero, igual, exhausta. Ahí terminó uno de los momentos más bochornosos de mi dulce existencia.
Lo peor de todo, es que después de fregarla, algunos chicos quieren dizque “salvar la relación”, pero lo hecho, hecho está. Hay que estar muy loco para aceptar una reconciliación, sólo porque prometan cambiar, ese tipo de personas nunca cambian, aunque lloren no se les debe creer, que vayan a otro perro con ese hueso o, como dice la canción, es de mandarlos a llorar a otra parte.
No me siento tonta por haber sido engañada; me sentiría así si después de esta mala experiencia hubiera decidido hacer lo mismo con otros muchachos que se crucen en mi camino, pero no; es feo que alguien te haga eso, lastima el orgullo, hiere el alma; qué tontería más grande estar con alguien para engañarle; ¿a qué quieren jugar? ¿a quién quieren engañar? sólo tratan de demostrarse a sí mismos que son lindos y rechulos, que pueden estar con la chica o chico que les dé la regalada gana, sin dejar a la anterior, para demostrar que pueden ser guapos. ¡Semejantes cavernícolas! esto no es una jungla prehistórica en la que deban demostrar quién es el más macho o quién es la hembra de la manada, se trata de gente que tiene sentimientos, gente que ama y termina lastimada por el absurdo capricho de alguien. Cuando sean viejos se van a lamentar, cuando nadie los tome en serio, cuando nadie crea en sus palabras, cuando su sinceridad sea como un zumbido de zancudo al oído y sólo quieras darle un manotazo para que se calle.

Si estás con alguien que no se siente feliz saliendo sólo contigo, y tiene un par de amiguitas cariñosas escondiditas, no esperes a ser la burla del pueblo y mándalo a rodar.

Comentarios

Piero Villacorta ha dicho que…
Son cosas de locas jejeje

ya Dakota Fanning, sé que tienes un genio de la patada, x eso trato de no hacerte amargar jeje

y si ps, los cuernos duelen, y tambien lo que te dice la gente después: "Venao, cuernudo", pisaoo y encima cuernudo", la última es la peor jejeje

Me gustó la historia, la verdad está chevere ¿de la selva? xD

Saluos mi estimada
johnny taira ha dicho que…
xvr la historia, y pues lo de ser cachudo nadie se salva, y pues naa q decir jeje
un abrazo
ArT ha dicho que…
Hola

Bonito blog, eres muy valiente al contar esas cosas.Siempre hay cosas buenas para sacar.


Hoy estoy de buenas y solo digo cosas lindas , yeeeeeeee


ArT

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